Llegaste a casa inesperadamente mientras me estaba untando de aceite la barriga embarazada y hablando frente al espejo sobre la polla negra que me dejó embarazada. De repente te vi, iba a decírtelo con delicadeza, pero ya es demasiado tarde para eso… como puedes ver, finalmente me han preñado, algo que tú no has podido hacer durante años, todo gracias a nuestro vecino negro. Hablo de cómo me ha preñado y me ha llenado de leche, de estar llena de trillizos, de cómo se excita con todo el movimiento. Finalmente me compadezco de ti, te chupo la polla y monto a tu vaquera hasta que te corres en mi vientre de raza negra.