Rod está de pie sobre un taburete con los tobillos atados y las muñecas encadenadas a un marco a cada lado en la postura del crucifijo. Llevo puesto mi vestido de látex de copa abierta y mis botas hasta los muslos y, para variar, ordeño a Rod de pie cerca de él y le hago pensar que podría llegar a tener un orgasmo real, pero no tiene tanta suerte y, en cambio, lo arruino varias veces.