El corazón de Emma se aceleró mientras se acercaba al extraño que estaba sentado en el banco. Nunca había hecho algo así antes, pero la idea de hacerle una paja a un completo desconocido era a la vez estimulante y aterradora. Emma era una latina morena, con pelo largo y rizado y ojos verdes penetrantes. Tenía una figura menuda, pero sus curvas eran perfectas y sus labios eran carnosos y regordetes.