Nadia está en su habitación, soñando despierta hasta que escucha un ruido que la sobresalta. Se levanta para revisar la ventana, pero no hay nada afuera. Nerviosa, pero tratando de quitárselo de encima, vuelve a la cama. De nuevo el ruido, pero esta vez una sensación extraña la invade, y de debajo de la cama aparece una serpiente gigante, mirándola directamente a los ojos. ¡Mierda! Pero ella no grita, hay algo extraño sucediendo aquí y ella sigue reclamando. La serpiente comienza a enrollar su cuerpo alrededor de Nadia y continúa mirándola, profundamente, profundamente a los ojos, poniéndola en trance. Ella no se defiende, pero le da la bienvenida a sus espirales a su alrededor, abrazándola con fuerza.