Estaba fuera de la ciudad y haciendo uno de mis shows de cámara cuando la directora del hotel vino a hablar conmigo sobre una queja por ruido. Se sorprendió de encontrarme haciendo una cámara y se sorprendió aún más al descubrir cuánto dinero podría ganar. Una vez que empezaron a llegar las propinas, no tardó mucho en unirse a mí en el sofá y dejarme lamer su coño e hicimos mucho ruido.