¡A menudo sucede lo inesperado! Estoy tumbado tranquilamente en la playa de Mallorca una mañana y un turista descarado pero encantador me sorprende y me invita a charlar. No se quedó en un amistoso buenos días, porque el hombre tenía intenciones muy claras. ¡Follar! El pobre tipo no tuvo la oportunidad en sus vacaciones y pensó en hacer un último intento conmigo. Puedes ver exactamente lo que pasó en el clip.