Mientras veía la televisión con mi hijastro, mi coño se mojó mucho y comencé a tocarlo. Después de subirme a su regazo, me emocioné aún más y comencé a gemir un poco. Sentí que su polla se hinchaba y cuando la sacó me sorprendí, pero me la metí en la boca. ¡Me llenó la boca de semen, lo cual odié! Es mejor no recordar ese incidente.