Te ordenaré que inhales tu olor, nublando tu mente ya débil, mientras sigues mis retorcidas tareas de JOI, acariciando tu patética excusa de hombría como yo te lo dicte. Encenderás un cigarrillo, inhalando profundamente mientras yo impregno cada aliento con humillación y desprecio, recordándote tu inutilidad inherente. Mis palabras te atravesarán, verbales desagradables, sucias, sexualmente cargadas… que exponen tu verdadera naturaleza como un matón tóxico. Obedecerás, te degradarás y te deleitarás con la inmundicia que pongo ante ti porque eso es lo que eres: una criatura lastimosa que busca desesperadamente mi cruel atención.