Hoy recibí una llamada sobre un vecino ruidoso y cuando llegué a la casa del agresor supe que este tipo agresivo iba a ser un problema. La única forma de calmarlo era esposarlo y chuparle la polla. Por suerte para mí, tenía una polla enorme. Una vez que logré que se relajara un poco, decidí esposarme y hacerle comer mi coño antes de follarme. Son casos como este los que me recuerdan por qué me metí en la policía.