El jugoso culo de Xev está a centímetros de tu cara mientras la levantas sobre la encimera para alcanzar algunos platos… no lleva bragas. Estar tan cerca de su suave coño es casi demasiado, sientes que te pones duro casi al instante. Xev está tan absorta en los preparativos de la fiesta que ni siquiera se da cuenta de lo expuesta que está… No podías apartar la vista de su cuerpo curvilíneo que rebotaba por la cocina a toda prisa el tiempo suficiente para terminar cualquier trabajo de preparación. Para cuando se acercó a comprobar tu progreso, no pudiste soportarlo más y manoseaste sus grandes tetas. Xev no se sorprendió por mucho tiempo y sonrió. Sabía que tenías que sacártelo de la cabeza antes de que llegaran los invitados. La anfitriona se inclinó y te hizo señas para que te acercaras. Su jugoso culo pedía a gritos que lo manosearan, que una polla dura se frotara entre sus nalgas. Pero también necesitaba alivio. Su coño estaba demasiado húmedo como para descuidarlo. Así que empujaste a la anfitriona contra el mostrador, levantaste su pierna y empujaste tu dolorido miembro hasta lo más profundo de ella.
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