Mi hijastra vino a mí el otro día para contarme la no muy buena noticia de que su novio le había pedido que se casara con él. Digo no muy buena porque no parecía nada contenta con eso. Me confesó que en realidad no quería casarse con él porque era inmaduro y que prefería a los hombres mayores. A los hombres les gusto. Dijo que estaba enamorada de mí y se dio cuenta de que le prestaba mucha atención.