Todo empezó en una noche calurosa de verano. Mi marido me hizo usar pañales y no me permitió orinar hasta que le chupé la polla meada. Entonces pude soltar mi pis sobre el pañal y volver a chuparle la polla mientras me meaba de nuevo hasta correrse en mi cara… Después de todo, parece que acabó en una noche refrescante.