Después de ver a su madrastra Jessy Jey luchando con las facturas, Stanley Johnson decide compartir con ella la gran noticia de que acaba de ganar 1 millón de dólares en su trabajo. Jessy está tan feliz y aliviada de que ella recompensa a su hijastro Stanley exactamente como se merece, con un gran polvo que incluye un delicioso beso negro.