Las reparaciones de coches son muy caras hoy en día, y cuando mi hijastra Amy dañó su coche no pudo pagar la factura de la reparación. Sin embargo, sólo hizo falta una llamada telefónica al mecánico y él vino como un rayo y, como puedes ver, pudimos encontrar una manera de persuadirlo para que redujera drásticamente la factura.