Nicole le confiesa a su marido que ha dañado el Porsche y que necesita una reparación, pero el coste es terriblemente caro. Sin embargo, él no tiene por qué preocuparse porque ha llegado a un acuerdo con el mecánico de coches y él reducirá la factura si puede follársela. No hace falta decir que el marido está de acuerdo, pero solo si él también está allí. Es agradable ver que el arte del trueque no ha muerto, ¡pero qué trato!