La universitaria tetona y caliente, Layla Quinn, me dijo que los chicos de la fraternidad no se estaban acostando como ella esperaba. Le dije que viniera para poder cambiar su vida y encargarme de ese problema. No me di cuenta de lo grandes que eran en realidad sus tetas porque cuando llegamos a mi habitación, ella ya se estaba desnudando. Sus tetas son perfectas y sabía exactamente cómo provocarme con ellas. No podía creer lo que estaba viendo y su coño también es perfecto. Su humedad ya le corría por la pierna antes de que empezara a jugar consigo misma. Finalmente terminamos follando en múltiples posiciones e incluso hizo un desastre por toda mi polla. Ella tampoco sabía que podía correrse sobre una polla de esa manera. Finalmente, le cubro la cara y las tetas con una gran carga.