La pervertida Bianca le venda los ojos a su amiga Samantha y le ata las manos a la espalda, de modo que el vientre de Samatha queda bien expuesto. Luego, Bianca comienza a jugar suavemente con su ombligo. Lo toca, lo toca con los dedos y lo lame. Lo humedece mucho con su saliva. Samantha lo disfrutó demasiado. Le encanta estar expuesta a su amiga y que la usen para sus ideas pervertidas.