Eres un miserable patético y llorón, de rodillas, donde perteneces. ¿Crees que este es un momento sagrado? Convertiré tu festividad sagrada en un festival de pecado y degradación. Te acariciarás para mí, profanándote a ti mismo y a todo lo que aprecias. Cada movimiento de tu mano es un clavo en el ataúd de tu virtud. Eres mi juguete, mi objeto de juego, y te usaré hasta que no quede nada más que un cascarón vacío. Esto no es solo un juego; es una profanación, y tú eres el sacrificio voluntario en mi altar de perversión. Olvídate de tus tradiciones; tu nuevo ritual me está sirviendo a mí, tu dominatriz demoníaca. Tu placer es una mancha en esta festividad, una marca de tu completa rendición a la oscuridad. Recuerda, tú elegiste este camino, elegiste pecar por mí, y no hay vuelta atrás.