Izumi no estaba satisfecha con su vida nocturna porque su marido era un eyaculador precoz. Un día, uno de los subordinados de su marido llegó a su casa para hablar sobre el trabajo. Era famoso por tener un pene grande. Iba a llegar tarde a la cita, así que salió corriendo de la estación y estaba empapado en sudor. Izumi, que había preparado un cambio de ropa, no pudo evitar notar su entrepierna. Entonces esta esposa frustrada tomó medidas drásticas…