Hoy se ha planeado un experimento especial. He decidido perfeccionar el empuje de barro. Invité a dos pollas felices de correrse a casa. La primera polla debería chorrear profundamente en mi coño mojado una o dos veces. El semen debería salir en litros y por todas partes debería gotear de lujuria. La segunda cola se queda parada a su lado durante un largo rato y observa. Le espera un agujero lleno y resbaladizo, que está tan caliente con el semen extraño que es posible el deslizamiento perfecto en el barro.