¡Para mí, no eres más que un perdedor que debe ser usado y humillado! Hoy no te mostraré piedad y Te hago lamer y chupar mis tacones altos. Escupo en tu boca y quiero que mimes bien mis pies. Como agradecimiento te muestro mi dedo medio, ¡no mereces nada más! ¡Eso te muestra dónde está tu lugar!