La madrastra llegó a casa sin bragas y le regaló a su hijastro una gran velada sentándose en su cara. Sus jugos gotearon sobre su rostro y él absorbió todo con avidez. Su lengua se deslizó sobre su delicioso coño
La madrastra llegó a casa sin bragas y le regaló a su hijastro una gran velada sentándose en su cara. Sus jugos gotearon sobre su rostro y él absorbió todo con avidez. Su lengua se deslizó sobre su delicioso coño