He perfeccionado el arte de la manipulación y el control, convirtiendo a hombres que alguna vez fueron pensativos en mis matones personales. Tú, mi último proyecto, te has convertido en el epítome de la insensatez bajo mi guía. Tu transformación en una máquina de bombeo y babeo es un testimonio de mi poder. Cada momento que pasas bajo mi influencia, pierdes un poco más de tu antiguo yo, convirtiéndote en nada más que una polla programada para acariciarse sin cesar para mi placer. Esta reprogramación de tu cerebro, convirtiéndote en un zángano estúpido y sin mente, es mi obra maestra. Tu adicción a esta estimulación, al éxtasis de ser un matón durante horas y horas, es obra mía. Cada caricia, cada borde, te hace más mía, llevándote más profundamente hacia mi red de control.