Ella no estaba contenta de tener que estar en la misma cama que su hijo adulto, pero tú sí. Había pasado mucho tiempo desde que estabas bajo las mismas sábanas que ella, cuerpos tocándose, tan cálidos, suaves… y excitantes. Ella no tenía idea de que sentías eso por ella. Estaba demasiado cansada por el viaje como para preocuparse por todo eso, por lo inapropiado que sería acostarse junto a su chico cachondo con nada más que lencería diminuta… Preocuparse por lo que podrías hacer cegado por la lujuria por ella, convenciéndola de acurrucarse contra ti mientras ella caía descansando, quitando lentamente las sábanas para exponer su cuerpo. Ella nunca sabría que movías tu polla sobre ella, abriéndole las piernas con cuidado para mirar ese coño jugoso, tocándola con los dedos, haciéndola gemir… ¿Sabía que eras tú? ¿Quería que la cogieras? No podrías soportarlo… Incluso si eso supusiera que ella se despertara… te follarías a tu madrastra.
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