A veces, cuando estamos solos en casa, nos gusta tomarnos unas cervezas, fumar un poco… y empezar a jugar al caliente juego de “¡Quiero follarte duro!”. Toda la diversión nos lleva a un único final, el dulce placer de un buen polvo.
A veces, cuando estamos solos en casa, nos gusta tomarnos unas cervezas, fumar un poco… y empezar a jugar al caliente juego de “¡Quiero follarte duro!”. Toda la diversión nos lleva a un único final, el dulce placer de un buen polvo.