Vives para servir. Eres un perdedor y no puedes complacer a una mujer. Tienes una pequeña polla cachonda y patética que controla tu triste vida. Ninguna mujer te elegiría a ti en lugar de a la polla alfa. Después de probar la dominación femenina y el fetiche de la humillación, has llegado a aceptar que esto es lo que amas, lo que necesitas, lo que más te pone duro, que esta es tu adicción, ¡y está creciendo muy rápido! Es verdad. Todo comenzó tan pequeño e inocentemente. Y un día, además de adorarme, comenzaste a anhelar adorar pollas. Comenzaste a pensar en estar de rodillas debajo de una polla grande y gruesa, mirándola, lamiéndola, tragándola, chupándola. Esa es una progresión perfectamente normal para perdedores inestables como tú. Me encanta la idea de chupar pollas grandes. ¡Quiero verte atragantarte! No se trata de un bisexual forzado, ¡esto es lo que eres!