El jefe del cornudo 2

Babydoll, negligé y mules consiguen el efecto deseado Mientras el idiota lava los platos, Alex y yo nos burlamos de él, golpeándolo con el látigo por turnos. Los suaves pantalones de Alex presagian una polla digna de un Alfa, algo con lo que el microdotado de mi novio solo puede soñar. Ese pequeño crecimiento entre sus piernas me repugna, me repugna, su único propósito es servirme y quedar reducido a un pobre cornudo. Se acabó el tiempo de las bromas, comienza el tiempo de la diversión en la cama de nuestra habitación. Marco se quedará afuera, hoy no quiero ni que mire. Obviamente ni siquiera es bueno ejecutando órdenes, no quiere perder la oportunidad de ver buen sexo entre dos Alfas y en un momento determinado aparece debajo de la puerta con su mierda en la mano. Bueno, si quiere mirar, mirará más de cerca, a los pies de la cama, con la boca tapada, para no poder ni lamerme los pies y las manos atadas para no tener oportunidad de masturbarse. Buen visionado mi querido perdedor cornudo, no tendrás más que eso.