en esta historia, el dueño del apartamento vino a mí a quien le debía el alquiler. No he respondido a sus llamadas desde hace una semana y vino a mí sin avisar. Se me ocurrieron excusas de que me enviarían el dinero en cualquier momento y él podría irse, sobre todo porque su mujer lo estaba esperando en el coche, pero decidió esperar. Al darme cuenta de que no se iría sin pagar, decidí seducirlo. Salí ante él en lencería sexy y medias, me arrodillé y le hice una mamada profunda. Tenía una polla grande como yo pensaba. Me folló duro y se corrió en mi coño. Me encanta sentirme como una puta y tener sexo con nuevas parejas… Subtítulos.