Me alegro mucho de que hayas aceptado venir a mi casa hoy para una visita. Tengo algo muy importante que hablar contigo. Tu madrastra y yo estábamos hablando de la transformación que has hecho este último año, de ser un nerd hogareño a ser todo un galán en el campus. Sé que pasaste la mayor parte de tu juventud solo en tu dormitorio, prácticamente pegado a tu ordenador. También sé lo que hacen los hombres jóvenes en su habitación cuando pasan tanto tiempo solos. Tu madrastra me contó sobre las varias cajas de pañuelos de papel que usabas al mes. Todos sabemos que tampoco era para la nariz que moqueaba.