Día 18. Me desperté y mientras el hijastro estaba en mi habitación, quise acariciar mi coño justo en las escaleras. Cuando terminé, me sorprendí al descubrir que ya estaba en la cocina y su polla estaba excitada. Mi mente se desconectó y simplemente lo tomé y comencé a masturbar su polla. Logré detenerlo y subí a mi habitación cuando me di cuenta de que quería ver cómo se masturbaba él mismo. ¿Estoy jodidamente atrapada? Maldita sea, me vio mirándolo…