Así como los padrastros tienen a sus hijastras princesas, algunas madrastras tienen a los hijos de sus madrastras. Resulta que a mí me gusta mucho mi hijastro en ciernes. Desde que su padrastro se fue, solo estamos él y yo en la casa. Me he acostumbrado a tenerlo conmigo por las noches, pasando el rato en casa. Él necesita salir con alguien, lo sé, pero no creo que ninguna chica lo quiera tanto como yo y lo cuide como a mí me gusta. Cuando viene a verme para que le dé su aprobación de vestuario antes de su cita, lo inspecciono minuciosamente por fuera y le hago la pregunta más importante de la noche: “Cariño, ¿te masturbaste?”