No sé si fue el sol sobre mi cuerpo desnudo, o si fue posar para la cámara y follarme con un consolador, o la suave voz del fotógrafo lo que lo hizo, pero muy inesperadamente al final de la sesión ciertamente llegamos a conocernos mucho mejor y terminamos con un polvo y una corrida en el bosque no planificados, pero totalmente placenteros para mí. ¡Y vaya! Qué gran corrida tenía. Inundó mi coño por completo con su semen y estuve goteando semen durante todo el viaje a casa.