¿Te estás masturbando ahora mismo, mi zorra? ¿Como siempre? ¿Como cada vez que me ves o incluso piensas en mí? Sé que siempre estás a punto de masturbarte de nuevo. Sin permiso. Solo porque estás tan impulsada por tu permanente excitación. Te masturbas todo el tiempo y aún así te corres rápido. Y siempre sin permiso. Oh, mantén tus pantalones bajos y tu polla en tu mano. Tienes permitido masturbarte hoy. Sí, tienes permiso para masturbarte ahora. Pero te daré una lección. Te castigaré por masturbarte sin permiso. Te castigaré con tu propia excitación. Te masturbarás tan fuerte como puedas hoy para mí. Muchas veces. Pero a diferencia de tus habituales pajas traviesas, no tienes permitido relajarte entre ellas. Seguirás acariciándote y corriéndose para mí. Una y otra y otra vez. No importa cuántas veces lo necesites hasta que tu pene y tus pelotas estén flácidos y apretados.