Rachel era viuda. Su marido le dejó toda su herencia a su hijastro porque no confiaba en su esposa. El hijastro se aprovechó al máximo de la situación, incluida su satisfacción sexual. Gobernaba la casa con puño de hierro. No permitía que su madrastra saliera con alguien, pero sí le permitía que se mudara con una novia a la casa para que le hiciera compañía.