Estoy en casa de Rome Major porque me retó a jugar a mi videojuego favorito. No hay forma de que me gane. Incluso si tiene la suerte de acercarse a mi puntuación, puede que se distraiga un poco cuando le pongan un poco de mi regordete trasero blanco en la cara. No tarda mucho en perder la atención mientras juega y empieza a pensar en follar mi apretado coño blanco. Está bien, puedo jugar videojuegos en cualquier momento, ¡pero me encanta jugar con una gran polla negra que me golpea fuerte hasta que dispara su espesa carga de esperma por toda mi cara!