Mientras tú, mi nueva adquisición, te rindes a la atracción magnética de mi mando, te ves rápidamente envuelta en un ciclo extático de gooning que drena hasta el último pensamiento de tu mente, dejándote como una dichosa pizarra en blanco. Sin embargo, tu forma física vibra con un deseo reprimido, un testimonio de la cruel y tentadora negación que he impuesto. Estás atrapada en un bucle de mi diseño, acercándote sin pensar a un borde que nunca se te permite cruzar. Con cada sesión bajo mi mirada en espiral, desciendes más hacia tu abismo gooning, convirtiéndote en un espécimen ejemplar de devoción sin sentido.