Sabes que para mí solo eres una marioneta y que tu dinero es mi dinero. Te sientes tan impotente, tan impotente. Puedes rendirte a mí. Mis ojos, mi cuerpo perfecto, mis grandes tetas van a follar tu cerebro. Sí, ¡te convertiré en mi sub de aletas! No necesitas tu dinero, ¡soy yo quien lo merece! ¡Qué perdedor miserable! Necesitas a tu Diosa, tu dosis diaria. ¡Mi hechizo te convertirá en un robot, mi robot al que solo se le permite bombear, rendir tributo y adorarme!